La música nacional: Una metáfora de la identidad nacional ecuatoriana
La definición de lo que se considera música nacional en el Ecuador, ha sido algo cambiante a lo largo de la segunda mitad del Siglo XX. Se trata de una disputa sobre la identidad nacional en sus expresiones culturales. Se constata el declive de las concepciones de la nación mestiza que pusieron énfasis en los repertorios antológicos de pasillos, pasacalles, albazos y sanjuanitos compuestos entre 1920 y 1950. Ha emergido una nueva noción de música nacional donde están incluidos el pasillo nacional y el pasillo rocolero; la tecnocumbia y otras músicas populares, que es más representativa de la diversidad étnica y cultural del Ecuador.
Todos los países latinoamericanos tienen un género musical o un repertorio de canciones populares por los cuales son conocidos internacionalmente, como es el caso, por ejemplo, del tango, la canción ranchera, la cumbia y el vals criollo. Si bien estos géneros musicales son considerados músicas nacionales (en el sentido de expresiones musicales que representan el sentimiento nacional de un pueblo) en sus respectivos países de origen, los nacionales normalmente se refiere a ellas por el nombre del país, la región geográfica, o el grupo étnico al que representan. Es así como el tango es una música argentina y la cumbia es una música colombiana de la costa atlántica. Los cubanos distinguen la música guajira y la música afrocubana entre sus diversas expresiones musicales, mientras los peruanos hacen lo mismo con su música andina y su música criolla. Los ecuatorianos, en cambio, utilizan el término música nacional, en vez de música ecuatoriana, para hablar de su música popular urbana, sin precisar el origen geográfico de las canciones que la conforman. El término música nacional aparecerá a lo largo de este artículo en letras cursillas para indicar esta concepción idiosincrática en el Ecuador.
Músicos, periodistas, intelectuales, locutores de radio, estudiantes, y aún los ecuatorianos migrantes que viven en el extranjero, acostumbran llamar música nacional a la música popular ecuatoriana. ¿Es acaso una coincidencia que una gran mayoría de ecuatorianos utilicen este término como sinónimo de música ecuatoriana? ¿Qué revela esta práctica discursiva en términos identitarios? Muchos ecuatorianos piensan que el término música nacional distingue la música popular local de la música popular internacional; otros creen que solo aquellas canciones basadas en ritmos autóctonos y propios del país pueden ser consideradas nacionales; una gran mayoría afirma que cualquier música cantada por y para el pueblo ecuatoriano, incluidos el rock y el pop ecuatoriano, constituyen una música nacional; mientras que unos cuantos observan, con gran sutileza, que solo cierto tipo de canciones ecuatorianas, interpretadas por artistas mestizos y en un contexto urbano de clase media, pueden ser catalogadas como música nacional.
Este artículo examina las percepciones de los ecuatorianos de su(s) identidad(es) nacional(es) en base a las diferentes concepciones que tienen de la música nacional. La música nacional es considerada aquí como una metáfora de la identidad nacional ecuatoriana y una forma simbólico–musical de definir “quiénes somos” como nación. Esta pregunta es particularmente importante en un país con una larga y compleja historia de mestizaje racial y cultural de las tres raíces étnicas––indígena, africana y europea––que han dado origen a la nación ecuatoriana. Este estudio sostiene que la inclusión o exclusión de géneros musicales asociados con la población indígena y/o afro-ecuatoriana en la noción de música nacional revela como distintos grupos sociales imaginan la configuración étnica y social del país¬ y, por ende, su identidad colectiva como nación. ¿Es Ecuador una nación blanco-mestiza que margina a la población indígena y afro-ecuatoriana del imaginario nacional, o es acaso una sociedad pluriétnica, como declara la Constitución de 1998, que desde su base popular acepta y promueve la diversidad étnica y cultural como eje central de la nación?
Este estudio está basado en una investigación de campo realizada en Quito en los períodos 1997-1999 y 2002-2004, así como en numerosas entrevistas formales e informales a empresarios musicales, artistas nacionales y público en general. También analizo una serie de discursos públicos emitidos a través de opiniones, debates, críticas y comentarios en los medios de comunicación sobre la vigencia de la música nacional en general, y el pasillo en particular, en la segunda mitad del siglo XX. Algunas de las preguntas que guían este estudio: ¿Están todas las clases sociales y grupos étnicos representados en el imaginario sonoro de la nación? ¿Qué metamorfosis atraviesan las músicas populares para ser elevadas al rango de música nacional? ¿Puede la música popular de un grupo subalterno convertirse en una música nacional sin ser editada? ¿Refleja todo cambio de estilo musical una transformación de índole social?
Todos los países latinoamericanos tienen un género musical o un repertorio de canciones populares por los cuales son conocidos internacionalmente, como es el caso, por ejemplo, del tango, la canción ranchera, la cumbia y el vals criollo. Si bien estos géneros musicales son considerados músicas nacionales (en el sentido de expresiones musicales que representan el sentimiento nacional de un pueblo) en sus respectivos países de origen, los nacionales normalmente se refiere a ellas por el nombre del país, la región geográfica, o el grupo étnico al que representan. Es así como el tango es una música argentina y la cumbia es una música colombiana de la costa atlántica. Los cubanos distinguen la música guajira y la música afrocubana entre sus diversas expresiones musicales, mientras los peruanos hacen lo mismo con su música andina y su música criolla. Los ecuatorianos, en cambio, utilizan el término música nacional, en vez de música ecuatoriana, para hablar de su música popular urbana, sin precisar el origen geográfico de las canciones que la conforman. El término música nacional aparecerá a lo largo de este artículo en letras cursillas para indicar esta concepción idiosincrática en el Ecuador.
Músicos, periodistas, intelectuales, locutores de radio, estudiantes, y aún los ecuatorianos migrantes que viven en el extranjero, acostumbran llamar música nacional a la música popular ecuatoriana. ¿Es acaso una coincidencia que una gran mayoría de ecuatorianos utilicen este término como sinónimo de música ecuatoriana? ¿Qué revela esta práctica discursiva en términos identitarios? Muchos ecuatorianos piensan que el término música nacional distingue la música popular local de la música popular internacional; otros creen que solo aquellas canciones basadas en ritmos autóctonos y propios del país pueden ser consideradas nacionales; una gran mayoría afirma que cualquier música cantada por y para el pueblo ecuatoriano, incluidos el rock y el pop ecuatoriano, constituyen una música nacional; mientras que unos cuantos observan, con gran sutileza, que solo cierto tipo de canciones ecuatorianas, interpretadas por artistas mestizos y en un contexto urbano de clase media, pueden ser catalogadas como música nacional.
Este artículo examina las percepciones de los ecuatorianos de su(s) identidad(es) nacional(es) en base a las diferentes concepciones que tienen de la música nacional. La música nacional es considerada aquí como una metáfora de la identidad nacional ecuatoriana y una forma simbólico–musical de definir “quiénes somos” como nación. Esta pregunta es particularmente importante en un país con una larga y compleja historia de mestizaje racial y cultural de las tres raíces étnicas––indígena, africana y europea––que han dado origen a la nación ecuatoriana. Este estudio sostiene que la inclusión o exclusión de géneros musicales asociados con la población indígena y/o afro-ecuatoriana en la noción de música nacional revela como distintos grupos sociales imaginan la configuración étnica y social del país¬ y, por ende, su identidad colectiva como nación. ¿Es Ecuador una nación blanco-mestiza que margina a la población indígena y afro-ecuatoriana del imaginario nacional, o es acaso una sociedad pluriétnica, como declara la Constitución de 1998, que desde su base popular acepta y promueve la diversidad étnica y cultural como eje central de la nación?
Este estudio está basado en una investigación de campo realizada en Quito en los períodos 1997-1999 y 2002-2004, así como en numerosas entrevistas formales e informales a empresarios musicales, artistas nacionales y público en general. También analizo una serie de discursos públicos emitidos a través de opiniones, debates, críticas y comentarios en los medios de comunicación sobre la vigencia de la música nacional en general, y el pasillo en particular, en la segunda mitad del siglo XX. Algunas de las preguntas que guían este estudio: ¿Están todas las clases sociales y grupos étnicos representados en el imaginario sonoro de la nación? ¿Qué metamorfosis atraviesan las músicas populares para ser elevadas al rango de música nacional? ¿Puede la música popular de un grupo subalterno convertirse en una música nacional sin ser editada? ¿Refleja todo cambio de estilo musical una transformación de índole social?
TOMADO DE :https://lahora.com.ec/noticia/1101337284/noticia
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